Viejos cines
Nunca supe de ti, niña, pequeña y libre,
ni de las noches aquellas en el barrio,
cuando al salir de la academia, sonriendo,
me llevabas por sucios descampados.
Y eran suaves tus labios, y la carne
era piedra lunar, desconocida y mágica.
Completo aquí.
lunes, febrero 27, 2012
Rodolfo Serrano
Publicadas por Romano a la/s 10:26 a.m.
Etiquetas: Rodolfo Serrano
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