“Así como yo no tengo paz, tampoco ellos la van a tener”
Reunió a sus 47 años el arrojo suficiente para disfrazarse de prostituta y buscar a su hija María de los Ángeles, Marita, Verón en los prostíbulos de Argentina. Cruzando testimonios por aquí y por allá fue informándose de que la chica había sido golpeada con la culata de una pistola en las calles de San Miguel de Tucumán, introducida en un coche rojo, vendida a una red de trata de blancas, drogada, violada, apuñalada y forzada a tener un hijo en cautiverio con su proxeneta, José Fernando Gómez, alias el Chenga. Nota aquí.
domingo, marzo 18, 2012
Susana Trimarco
Publicadas por Romano a la/s 10:17 a.m.
Etiquetas: Derechos Humanos
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