domingo, junio 02, 2013

Daniel Serrano

Poesía que no cesa.



Seguimos escribiendo versos aun cuando lo desaconseja toda prudencia. Porque cae la tarde, nos enamoramos o hemos agotado la suerte.
No cesa nunca la poesía. Vivimos días extraños y días así no serían soportables sin un verso que otro (y tampoco sin cigarrillos o ginebra o el pelo rojo de la mujer que amamos). Así que seguimos soñando bruma y cae en nuestras manos un poemario escrito por una camarada de colegio y cómo no detenernos un instante, acodarnos en la memoria, montar en globo y volar muy lejos. Nota aquí.

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