El terremoto egipcio
Pensé que era como aquel terremoto de Lisboa. El primero de noviembre de 1755, día de Todos los Santos, un terremoto bruto devastó Lisboa. La ciudad quedó destruida y más de 60.000 cristianos murieron en sus ruinas. Pero aquel cataclismo también sacudió a Europa: voces y más voces se levantaron contra la crueldad de un dios que podía mandar tanta muerte a sus amantes seguidores. Para filósofos y demás ilustrados fue la ocasión de profundizar la duda sobre ese orden que tantos aceptaban: de vacilar de Dios, de cuestionar certezas férreas. Si un dios hace estas cosas, ¿puede ser dios? A veces me parece que El Cairo debería ser nuestro Lisboa. Nota aquí.
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