Historias del horror.
Hay hechos que avergüenzan a la humanidad y hay otros que hacen nacer esperanzas. Lo que en estos días ocurrió en Francia es un ejemplo de eso: el horror, pero la contrición. Ese reconocimiento del acto deshonroso. El presidente de Alemania, Joachim Gauck, fue a Oradour para pedir perdón por uno de los crímenes más abyectos de la historia del ser humano.
En 1944, las tropas alemanas que ocupaban Francia destruyeron totalmente la aldea de Oradour y dieron muerte a sus habitantes: 642 personas. A todos los hombres, las mujeres y los niños. Nota aquí.
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