Un viejo tatuador, el personaje más popular de Florianópolis
El museo donde vive es visita obligada para los que veranean en la isla brasileña.
No sabés donde buscarlo: podés cruzártelo en la ruta o verlo pasar de noche por Canasvieiras llevando a alguien, de onda, a dar una vuelta. Y cuando por fin encontrás su casa no lo podés creer. Acá afuera, estacionado bajo la lluvia finita, está el pentaciclo que construyó artesanalmente: un motor de Audi, ruedas de camioneta, un taxímetro antiguo heredado de un abuelo taxista, y en el asiento del medio –con casquito negro de cuero, púas, anteojos de sol y pose de Pappo–, Sofía, la perra que lo acompaña y que ya viajó con él más de 50.000 kilómetros. Nota aquí.
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