Siempre de pie
La primera vez fui a la plaza, se ve que llegué temprano porque recuerdo estar sorprendida de que estuviera vacía. Pasaban los minutos y seguía sin haber nadie. Y de repente ahí estaban. No sé de dónde salieron. De pronto una ronda enorme, masiva, empezó a dar vueltas alrededor de la pirámide. Aquella tarde me acompañaba el que por entonces era mi yerno. Entonces empezamos a caminar, como todos, siguiendo la ronda, y vemos que agarran del brazo a un chico que marchaba con nosotras, para llevárselo. Recuerdo que mi reacción fue algo totalmente inconsciente. Empecé a los codazos, a empujar, con mucha gente más que se metió para que no se lo llevaran, y lo logramos. Es algo chiquito, pero muestra lo enorme que fueron esas catorce primeras madres, esas valientes mujeres que empezaron todo el jueves 30 de abril de 1977 en la Plaza. Nota aquí.
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