El retorno. -
Desde mi ventana veo los barcos llegar.
Traen telas de ultramar y aires nuevos,
peces soñadores y una melodía que se escucha
de proa a popa e invita a bailar.
No hay mejor puerto que mi vieja habitación
donde guardo tesoros de naufragios,
pillaje clandestino del que roba caracolas y astrolabios.
Decoración que da forma a mis días de jazz y blues,
a la noche y al azul.
Completo aquí.
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