El juglar que sigue diciendo futuro
El cantautor cubano repitió la ceremonia de sus recientes shows en el Luna Park, pero con el agregado emotivo de hacerlo frente a una multitud. En el concierto abordó temas nuevos, otros poco conocidos, y clásicos como “Te doy una canción” y “El necio”.
Los alrededores de Crucecita, ese enclave descampado y ferroviario donde hacia fines de los 60 los Manal se inspiraron para crear “Avellaneda Blues”, lucen copados por una marea humana. En número, tal es mayor que cuando juegan Racing o Independiente, si anda bien. Pero no es la única diferencia. Los bombos, trapos y vinchas que colorean cada previa futbolera, ahora mutan por remeras con los rostros de Perón y Evita, banderas argentinas y cubanas, pancartas de la Juventud Peronista o alguna que otra que evoca al Che Guevara. Y es que hoy no juega el Licha López. Hoy toca Silvio. Sí, Silvio Rodríguez, algo así como la reserva musical y poética de esta América amenazada por dos “neos” terribles: el liberal y el fascista. La marea humana es tal, también, que cuando la presentadora grita “¡hay 100 mil personas!” parece que se queda corta. Son bastantes más las que esperan al creador de “Oleo de una mujer con sombrero” y los que, cuarenta minutos después de la hora anunciada (18.40), lo ven aparecer por primera vez, y solo para presentar a otra reserva artística del continente: Cecilia Todd. Nota aquí.
1 comentarios:
Silvio es uno de los mejores trovadores de la historia, sin lugar a dudas, y uno de mis artistas favoritos.
Genio!
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