Nieve entre las manos
Ismael Serrano traza un cálido recorrido por los momentos más especiales de su trayectoria en un concierto marcado por los pequeños detalles.
En uno de los momentos mas inesperados de la noche, Ismael Serrano agarró un taburete cercano, se sentó sobre él y comenzó a frotar sus manos hasta que brotaron copos de nieve de ellas, cayendo lentamente sobre su rostro e inundando un paisaje vital y profesional vestido de escenario. No deja de ser un truco de prestidigitación para aficionados, un elemento visual que complementa la estupenda escenografía propuesta por el madrileño para esta gira de celebración de sus veinte años de carrera, pero funciona como definición de un objetivo primordial: extraer magia de la rutina, encontrar el hechizo en lo cotidiano, mantener intacta la ilusión en medio del ruido. La melancolía como motor para levantar las alas del suelo, tratar de identificar lo que pasó para que no terminara pasando nada y, tranquilidad, no todo rima con lágrimas, también distribuir carcajadas a lo largo del aquí y ahora. Afortunadamente, la belleza siempre encuentra una excusa para habitar en los otoños recién inaugurados, especialmente si el contexto es el de una celebración. Y así se presentó Ismael Serrano en el siempre acogedor Nuevo Teatro Circo de Cartagena, dispuesto a festejar sus dos décadas en el camino. Una ceremonia de recuerdos vivientes, futuros aplazados y presentes candentes en la que el madrileño, armado únicamente con su guitarra, dibujó un acertado mapa por algunos de sus momentos más inspirados. Nota aquí.
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