El arte de ser McCartney
La frase elegida para el final es repetidísima, pero sigue siendo apropiada: “And in the end / The love you take / Is equal to the love you make”, dice, canta otra vez Paul McCartney. Y 60 mil personas devuelven su amor en forma de rendida ovación. Hubo un tiempo en que ver a un Beatle en vivo era apenas un sueño. En su cuarta visita a la Argentina Macca ya es un viejo conocido, el tipo al que se espera sabiendo que va a estar a la altura de la leyenda. Nos acostumbró a eso. Y entonces son 39 canciones, dos horas cuarenta de show sin fisuras, con una banda de lujo. Y en el final solo hay amor.
James Paul McCartney cumplirá 77 años el 18 de junio, su leyenda musical cuenta 57 desde “Love Me Do”. Si se sube a un escenario muy lejos de casa –a muchos, desde hace tiempo-- es porque le sobra pasión y ganas. El Freshen Up Tour hace honor a su nombre y es apenas una “refrescadita” del Up and Coming visto en mayo de 2016 en el Estadio Unico de La Plata: buena parte del show se apoya en el mismo repertorio, con leves variaciones pero con momentos que ya son de fierro. Uno no espera “Live and Let Die” por su despliegue pirotécnico, sino porque allí la banda se lanza desbocada y arrasa con todo. Tampoco puede faltar la monumental versión de “Being For The Benefit of Mr. Kite!”, un arranque de deliciosa psicodelia que funde todas las fronteras temporales. “Band on The Run” tiene que estar no por ser uno de los grandes clásicos de Wings, sino por la perfecta traslación al escenario de algo que al principio parecía un extraño collage y se terminó convirtiendo en un imprescindible de Paul. Nota aquí.
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