viernes, enero 07, 2022

Karmelo C. Iribarren

 DONDE LA TARDE PELEA CADA TARDE

Ya apenas me interesan
esas calles
que tengo ahora a mi espalda
-ciénagas donde chapotean los mezquinos
y medran los cobardes-,
por eso
cada tarde cojo el río
y juntos nos venimos hasta aquí,
él a morir para nacer de nuevo
de tus aguas,
yo sólo para quedarme quieto
unos minutos
-frente a tu furia
o frente a tu inmensa calma-
y respirar tranquilamente un rato,
en paz, dejando
que se me pierda la mirada
allí, a lo lejos,
donde
la tarde pelea cada tarde
contra la noche en defensa
de la luz,
hasta dejar la última gota
de su sangre
sobre ti,
como una ofrenda
en un campo de batalla.



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