domingo, junio 02, 2024

Rodolfo Serrano

 José Antonio Martínez Soler nos cuenta por Facebook.

Más de cien amigos de Rodolfo Serrano… y de su poesía

Anoche, escuchando poemas de Rodolfo Serrano, con más de cien amigos y/o admiradores suyos, pensé que no todo estaba perdido para España. Algunos dirán !qué tonterías nos cuenta este jubilado! Y no les faltará razón, si nunca se han estremecido con un poema de amor o de desamor. Imaginaos: ayer mismo, viernes, una tarde espléndida de primavera en Madrid, donde la oferta de ocio y diversión es infinita. Cien personas sentadas y muchas otras de pie, de todas las edades, abarrotan la noble Biblioteca del Ateneo de Madrid. Conozco y quiero mucho a mi amigo Rodolfo Serrano, pero nunca pude imaginar que convocaría a tanto público ansioso de beber sus versos en directo. Yo cambié mi partido de tenis por sus poemas. Y no me arrepiento. Valió la pena. Gracias, Rodolfo, por emocionarnos con tu poesía y tu calor humano tan inconfundible y valioso.

Copio y pego el comentario que Rodolfo ha colgado hoy en las redes sociales:

«Ayer viví uno de esos instantes únicos en la vida. Un grupo de amigos llenaron la Biblioteca del Ateneo de Madrid para hablar de mi poesía y mi trabajo: Joaquín Estefania, mi jefe en El Pais y Joaquín Pérez Azaústre, mi amado poeta y amigo, condujeron un acto que me arrancó las lagrimas del alma.

Cómo no emocionarme al ver tantos viejos amigos que habían venido a abrazarme. No debo dar nombres. No quiero olvidar a nadie. Solo diré que alli estaban desde mis antiguos y queridos compañeros de El País a queridos amigos juveniles de Palomeras. Y yo, aguantando las ganas de llorar y abrazarme a todos.

Sí mencionaré a mi hijo Ismael que, acompañado al piano, con tanta maestría y delicadeza,  por Jacob Sureda, cantó algunas de sus hermosa canciones. Y agradecer a Eboli de Merr y a Anita Wonham que recitaran con tanto sentimiento mis poemas.

La vida, a veces, te manda una caricia que te cura todas las heridas. Ya lejana mi juventud y, tras tanto dolor de enfermedades y tristezas, sentirme querido y abrazado es algo muy hermoso que he tenido la suerte de experimentar.

Gracias a cada una y cada uno de los que vinisteis. Gracias al Ateneo de Madrid – Sección de Literatura por su hospitalidad. Gracias». Crónica aquí. 






0 comentarios: