MI SOMBRA
Mi sombra descansa,
a ratos,
en mañanas frías y luminosas.
La intuyo, ansiosa, con la mirada puesta en el horizonte.
Pero bien sabe ella que yo ando perdido entre las derivas del invierno.
Por eso, a ratos,
descansa y calla.
No quiere abandonarme.
Sabe que una vez fuimos una única luz.
Un único norte.
Por eso espera, paciente, a que mi brújula marque pronto un rumbo.
Me entristece.
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