EL ÁRBOL
Ocupar un lugar en el árbol.
Allí donde habita un corazón luminoso.
Velar la noche y sus ventanas.
Cuidar del candil,
para que siempre reconforte,
para que no se extinga su intensidad.
Abrazar los silencios,
la tristeza,
las sombras que escuecen.
Y soñar.
Levantar las alas para alcanzar un cielo limpio.
El mar, que es luz.
La voz, que es tiempo.
Y bailar,
siempre bailar,
para desprenderse del mundo y de su lluvia.
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