domingo, diciembre 29, 2024

Diego Villamayor

 "Lo estamos esperando con los brazos abiertos"

El jueves se enteró de que había aparecido su hermano, nacido en cautiverio. Mientras espera su primer contacto con él, cuenta la historia de su familia, atravesada por la desaparición de sus padres, y expresa su admiración por las abuelas de Plaza de Mayo: "Son nuestro orgullo nacional", dice.

Diego Villamayor vive hace más de dos décadas en España. El jueves, estaba por irse a dormir cuando recibió un mensaje de Manuel Goncalves Granada, uno de los nietos hallados por las Abuelas de Plaza de Mayo que trabaja en la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi). Le pedía hablar. Él pensó en aplazar la conversación, pero su interlocutor insistió. Tenía una noticia muy importante para darle: habían encontrado a su hermano, el bebé que su mamá, Marta Pourtalé, dio a luz mientras estaba en cautiverio en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).

El tono de Diego transmite felicidad cuando atiende el teléfono para esta entrevista con Página/12. “Una alegría inmensa. Inmensa”, repite. Ya pasaron varias horas desde que Estela de Carlotto anunció en conferencia de prensa que el hermano de Diego es el nieto 138 que restituyó su identidad gracias a la búsqueda de la institución.

Marta Pourtalé y su pareja, Juan Carlos Villamayor, fueron secuestrados en diciembre de 1976. Miguel Lauletta la escuchó decir en la ESMA que era la “Gorda María” y que estaba embarazada. Él la conocía de una militancia previa en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). Tanto Marta como Juan Carlos eran parte de Montoneros.

A pesar de su corta edad, Diego ya había sufrido la represión en carne propia y estaba viviendo en Azul, provincia de Buenos Aires, con sus abuelos maternos. Por 48 años nada se supo de Pourtalé, Villamayor y su bebé. Pero, como dijo Estela de Carlotto, la verdad siempre sale a luz –incluso en tiempos de oscurantismo.

Diego resalta que está tranquilo, que tiene todo el tiempo del mundo para esperar el encuentro con su hermano, que, además, es colega porque ambos son abogados. Ya le hizo llegar unas fotos para que conozca a la familia que tanto lo buscó. Es un bien muy preciado porque la familia Pourtalé sufrió una inundación muy fuerte en 1980 y perdió muchos de esos recuerdos.

-–¿Cómo te enteraste de que habían encontrado a tu hermano?

-- Me enteré a través de Manuel Goncalves que me mandó un mensaje. Había tenido un mal día. Estaba muy cansado. Como hacía poco alguien del Banco Nacional de Datos Genéticos había estado en contacto conmigo por e-mail para hacerme una consulta, yo pensé que venía por ese lado. Le contesté diciendo si podíamos hablar al día siguiente. "Sería conveniente que habláramos ahora", me respondió. Y ahí lo llamé. A los 30 segundos de estar hablando, me lo tiró por la cara. Así, gracias a Dios. Nota aquí.



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