Caras y Caretas rinde homenaje a Pepe Mujica, el hombre que supo ser leyenda
Felipe Pigna, Víctor Santa María y Nicolás Trotta recuperan la palabra y el pensamiento del dirigente uruguayo y reflexionan sobre su legado para Latinoamérica.
Guerrillero, preso político, dirigente del Frente Amplio, presidente de Uruguay… Tuvo un derrotero cautivante, de resistencia, de resiliencia, de lucha. Su idealismo le marcó el camino hasta el último de sus días, cuando estaba cerca de cumplir los noventa años. En su edición de junio, que estará este domingo en los kioscos opcional con Página/12, Caras y Caretas recupera la palabra y el pensamiento de José “Pepe” Mujica, y reflexiona sobre su legado para Latinoamérica.
“Que un expresidente se dedique a su humilde chacra junto a su compañera de toda la vida, un perro viejo y rengo y un Volkswagen de los 60 es noticia. Si a eso le sumamos que el tipo había sido un guerrillero tupamaro y que soportó catorce años de dura cárcel en el irónico penal de Libertad, la cosa cobra visos de leyenda. Y eso fue el Pepe, un hombre leyenda”, sostiene Felipe Pigna en su editorial.
Víctor Santa María, en su columna de opinión, recuerda a Mujica: “Era un ferviente admirador de los emprendimientos culturales de nuestro sindicato. Cuando lo convocamos estuvo. En 2016 junto a Lucía Topolansky, su eterna compañera de lucha cotidiana y militante, dijeron presente en un acto de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET). Cuando el Suterh cumplió ochenta años, mandó su saludo virtual con palabras tan sabias como elogiosas, en las que nos contaba por qué nuestra obra era tan importante. Porque educación, cultura y trabajo son la base del crecimiento de los más desposeídos. Y aceptó generosamente publicar su libro Semillas al viento en nuestra Editorial Octubre. Fue en abril de 2023. Ese día, con una sala desbordada en la Feria del Libro, sufrimos el agravio patotero del mileísmo incipiente –el huevo de la serpiente–, que lo llenó con insultos propios de personas empáticas solo con los despiadados. Pepe les sostuvo la mirada fijamente sin una pizca de temor y lo tomó como un elogio. Y con una sonrisa nos dijo: ‘Como si ser viejo y pobre fuese un agravio. ¿Quiénes son estos mocosos que quieren que me vaya a Uruguay de vuelta?’”.
Desde la nota de tapa, Nicolás Trotta evoca lo mejor de Mujica a través de la voz del propio dirigente uruguayo. Ambos mantuvieron largas conversaciones que derivaron en la publicación de un libro, Mujica por Pepe:
“–¿Cómo te gustaría ser recordado, Pepe?
–No, no me planteé eso… Es tan, es tan... poco nuestra vida ante la magnitud del universo, de todo lo demás... que me parece muy presuntuoso cuando decimos ‘es un hecho histórico’. Como si tuviera alguna importancia en la magnitud colosal del tiempo y de las dimensiones del universo, ¿verdad? La tentativa de humanizar lo infinito que no lo podemos lograr… entonces nos autoatribuimos como especie. ¡Qué ambición de Dios que tenemos!, ¿verdad? Y somos unas hormigas, pero en fin… Así que no me he hecho ese planteo. Una barra de compañeros me va a recordar un tiempo después... por eso tengo el problema resuelto: que me prendan fuego y me entierren ahí cerquita de la perrita, ahí, abajo de un árbol… Porque hay que aprender a morirse como los bichos del monte, sin ruido y sin aspamento. No somos ni tan trascendentes ni tan importantes, ni valemos más ni menos que una hormiga, me parece a mí…
Una barra interminable lo despidió. Lo abrazó un país entero. Lo extrañarán todos aquellos que sueñan con construir mejores realidades. Partió un luchador de toda la vida, un imprescindible, en palabras de Bertolt Brecht. ‘La muerte está ahí, está dando vueltas. Al fin y al cabo, me ha despreciado varias veces’, me confesó en una de las charlas que mantuvimos en su chacra, donde ya descansa junto a su querida Manuela”. Nota aquí.
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