Vivienda social
Al atardecer, dos niños,
construyen sus emociones,
con apenas dos acciones,
completados con aliños,
en el inmenso océano,
entretenimiento sano,
sobre la silente arena,
y una mujer, en la escena,
mueve sus pies en el baño.
El sol ilumina el cuadro
mientras el día se agota,
la luna también lo nota
y toma el surco a su aladro,
componiendo otro recuadro
que presume un nuevo día,
para hacernos compañía
en el ciclo de la vida.
La mar parece dormida
pero el sol ya lo sabía.
Luna y sol, en armonía,
dan señales precursoras
de ese ciclo de las horas,
con su eterna sinfonía,
marcando a la oceanía
los tiempos de las mareas.
Entre sus muchas tareas,
luna y sol y sol y luna
cuidan del niño en la cuna
que sueña con las baleas.
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