viernes, junio 27, 2025

Café Roma Bar

 Cafetines de Buenos Aires: el bar centenario que funciona como sede social del barrio de La Boca y exhibe donaciones de vecinos

Se llama Café Roma Bar y desde 1905 ocupa la esquina de Almirante Brown y Olavarría, en el sur del mapa porteño. Había nacido como un almacén de despacho de bebidas y a comienzos del siglo XXI rejuveneció con la compra de sus últimos dueños. La penetración cultural y su influencia musical con referencias del calibre de Carlos Gardel y Fito Páez.

Si existe —o existió— un barrio fértil para la instalación de cafetines, ese fue La Boca. Dentro de la tipología de comercios de fines del siglo XIX y principios del XX, los cafetines eran propuestas sencillas, frecuentados por gente de baja condición social y ubicados en zonas orilleras como la ribera del Riachuelo. Son pocos los exponentes que aún se están funcionando de los años cuando el barrio funcionaba como puerto. Uno de esos, con 120 años, sobre sus mesas aún perdura el Roma.

El Café Roma Bar —como se presenta en sus redes sociales— abrió en 1905 en la esquina de Almirante Brown y Olavarría. Ese mismo año, y a sólo dos cuadras de distancia, en la Plaza Solís, un grupo de muchachos fundó el Club Atlético Boca Juniors. Digo, como para aportar más capital boquense a la historia. El Roma nació como almacén con despacho de bebidas. No tengo certeza de que siempre haya tenido la misma denominación. Es probable que no tuviera ninguna y que se lo conociera popularmente con el nombre de su propietario.

¿Qué puede decirse del vecindario para cuando despuntaba el siglo XX? La Avenida Almirante Brown estaba plagada de cafés, teatros y cabarets en las cinco cuadras que van desde Pinzón hasta el borde sur, la ribera Pedro de Mendoza. Y su hermana paralela, Necochea, era la arteria por donde se silbaban los tangos de la Guardia Vieja. Las primeras orquestas o solistas que tocaban en los cabarets, cafés concierto o bailetines.

Fue por esos años que el almacén bar se ganó una anécdota sin igual. El hecho ocurrió “allá por el año once” como rezan los versos escritos por Enrique Cadícamo para el tango El Morocho y el Oriental que Ángel D’Agostino compuso en 1946. La milonga comienza con un recitado que dice así: “Viejo café sesentón que por La Boca existía, allá por Olavarría esquina Almirante Brown”. La letra recuerda una noche en la cual un tal Cafieri copó la parada dentro del boliche para anunciar “aquí traigo una yunta que cantando hacen primores” y, a continuación, presentó a un dúo de muchachos. Los anunció de esta manera: “este mozo es El Morocho y este Pepe, El Oriental”. Recién al final del tango la genial pluma de Cadícamo revela la identidad de los cantantes: “Ah, café de aquel entonces de la calle Olavarría donde Cafieri caía allá por el año once. De cuando en el arrabal de guapo tenía cartel, y el morocho era Gardel y Razzano, El Oriental”.

La anécdota es cierta. Cafieri era un taita de La Boca que introdujo a esta pareja de amigos por el barrio. Se sabe también que por el viejo bolichón pasaron muchos otros tangueros como Juan de Dios Filiberto, Agustín Bardi, Genaro Espósito, Francisco Canaro, Eduardo Arolas y los payadores Hilario Cazón y Gabino Ezeiza.

Hacia 1950 lo adquirieron unos hermanos, Octavio y Prudencio, de quienes, entiendo, devino el nombre Roma. Los años pasaron, los hermanos se pusieron mayores, y su descendencia no supo continuar el negocio. Hasta que el Roma bajó la persiana, pero no para siempre. Transcurridos dos años del cierre, otra familia boquense se hizo cargo de esa esquina histórica: los Randazzo. Nota aquí.







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