"Hacer música es político, sin dudas"
Entre la Patagonia y Buenos Aires, el músico construyó una carrera multifacética que buscará una síntesis en un inédito formato de trío. “Todo el tiempo estoy estudiando y buscando nuevas sonoridades y timbres. Pero sobre todo trato de movilizarme a mí mismo", dice.
“Ya son más la cantidad de años que vivo en Buenos Aires que los que viví en el sur”, revela el cantautor y productor oriundo de Viedma Lisandro Aristimuño. El artista patagónico lleva casi veinticinco años viviendo en la ciudad de la furia y se convirtió en un artista clave para apuntalar la canción en la escena de Buenos Aires, sobre todo con la publicación de sus dos primeros discos: Azules turquesas (2004) y Ese asunto de la ventana (2005). Desde temprano, el músico encontró un estilo original y propio en el cruce entre la canción folklórica, el rock argentino y la exploración de sonoridades electrónicas. “Todo el tiempo estoy estudiando y buscando nuevas sonoridades y timbres. Pero sobre todo trato de movilizarme a mí mismo, es parte de mi juego y ganas de hacer música”, le dice a Página/12 antes de presentarse este viernes 3 de octubre a las 20.30 en el Gran Rex (Corrientes 857). “¡Si ese teatro hablara! Es impresionante”, celebra. “Pasaron muchas bandas y músicos que admiro, como Gustvo Cerati. Es increíble tocar en ese lugar emblemático para Argentina. Es una garantía de audio, además”.
Después de visitar San Juan, Mendoza, San Luis, Rio Grande y Tierra del Fuego, Aristimuño se presentará en el Rex en formato trío, con Martín Casado en batería y Lucas Argomedo en bajo, dos piezas claves de su banda Los Azules Turquesas. “Nunca había tocado en trío, es la primera vez que me presento en este formato”, cuenta el patagónico. “Me copé mucho más con la guitarra, con los pedales. Y encontré un sonido que me gusta. Con Martín y Lucas toco hace muchos años, son la base de la banda también. Nos conocemos muchísimo. Está re bueno el show, estamos haciendo algunas canciones que no tocábamos con la banda, que las sacamos otra vez al ruedo”, explica. “Es un concierto que pasa por el rock, la electrónica y también tiene un momento más íntimo en el que me quedo solo con la viola y repaso mi lado de compositor y cantautor. La parte rockera del show es muy fuerte y la electrónica está muy marcada también. Hice muchas programaciones electrónicas para este formato”. Nota aquí.
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