Se marchó el inmenso Pablo Guerrero Cabanillas lo pude abrazar una vez, en una barra de Madrid, pude oírte decir verdades de esas que tatúan tu sentir. Junto a Rodolfo Serrano compartimos una noche en la que le canté un tango a capela y su generosidad abrazó esa gira primera en España. Pasó tiempo, la herida en todos será enorme y aún...Tiene que llover a cántaros!
Buen viaje maestro!!
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