Mi vida en 20 canciones: La Vela Puerca y el sueño de la melodía perfecta
La banda uruguaya repasa sus creaciones más emblemáticas mientras se prepara para celebrar tres décadas de hermandad en el estadio Ferro.
Mirar para atrás y hacer un balance. Eso le pasó Sebastián Teysera, el Enano, cantante y compositor de La Vela Puerca, el emblemático grupo uruguayo que está celebrando sus primeras tres décadas con una gira que incluye una importantísima escala, el primero de este mes, en el Estadio de Ferro, en Buenos Aires (entradas acá). “En medio de la gira, estaba solo en la habitación del hotel, y me puse a ver Normalmente anormal, y me voló la cabeza”, explica. Se refiere al documental que dirigió Agustín Ferrando Trenchi, creador del formato Tiranos Temblad, en 2009, cuando la banda festejaba quince años. “Viendo esas imágenes me di cuenta de que lo que estamos festejando ahora no son treinta velitas en una torta, sino el camino que hicimos, y de la manera que lo hicimos. Cómo fuimos creciendo no sólo como músicos, sino como banda, como personas y como amigos. Porque la amistad que teníamos antes de ser compañeros de este sueño y de subirnos a este barco es diferente a la que tenemos ahora”.
Sebastián Cebreiro, el Cebolla, vocalista del grupo, alza la copa. “Hay gente que me pregunta si algún día voy a tener algún proyecto propio, como si este no fuera mi proyecto. Yo siempre digo que tener una banda es facilísimo. Pero tener una familia, en cambio, es lo más difícil del mundo. Y por eso nos hemos pelado las pestañas para sostenerla en estos 30 años. Es difícil porque estás mucho más tiempo abajo del escenario, en un bondi, en un avión, en un barco con tus compañeros que arriba. En estos treinta años hemos visto crecer a nuestros hijos, nos hemos ido de campamento y de vacaciones juntos y hemos llorado a nuestros amigos muertos. Son 30 años de vida, que, definitivamente, han valido la pena. Y si en todo este tiempo no sacamos tantos discos es porque, en definitiva, lo que siempre hemos querido hacer es respetar cada uno de los momentos que nos ha tocado vivir y a veces hemos postergado grabar un disco por ir a tocar a un lugar donde las canciones nos han arrastrado como una especie de corriente en un río que que no podés manejar”.
Los dos Sebastianes, el Enano y el Cebolla repasan con ROLLING STONE una vida llena de canciones. Pero, antes, reflexionan sobre ese curioso artefacto. “Una canción de rock tiene que tener un condimento de denuncia. Puede ser cultural, política o social. Y tiene que tener algo de dolor con el huequito de esperanza ahí en el fondo. Como una utopía alcanzable”, define el Cebolla.
“Yo transito la etapa de la composición con mucha presión, pero con la experiencia de que todo va a ir fluyendo. Padezco la crisis de la página en blanco, pero es un miedo sano. Lo primero es la melodía, la secuencia de acordes, la vestimenta con la banda y después me voy con la melodía a escribir la letra. Y soy un enfermo de la métrica melódica, porque para mí la melodía es la canción. Puedo estar una semana buscando una palabra que entre en esa melodía. Desde hace muchos años, me tomo algunas semanas para escribir las letras del disco, lejos de mi casa para no tener distracciones. De cábala, antes de empezar, escucho ‘Lucha de gigantes’, la canción de Antonio Vega. Los primeros días ya sé que va a ser todo un caos, que no me va a salir mucho. Hasta que la moto arranca”, cuenta el Enano. Nota aquí.



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