viernes, octubre 31, 2025

Juanes

 Juanes ofreció un cóctel de música popular latinoamericana

El cantautor colombiano paseó a sus fans por todos sus hits, incluyendo su mega éxito “A Dios le pido”. Pero también se animó a versionar clásicos de León Gieco y Soda Stereo.

Juanes regresó a Buenos Aires en la noche del martes sin otro motivo más que el de afianzar su idilio con el público argentino. Lo que no es poca cosa. “Es un milagro estar aquí, y más si es junto a ustedes. Desde que vine la primera vez, en el año 2000, me enamoré de este país. Miento: estaba enamorado antes de conocerlo”, reconoció el astro musical colombiano, promediando la mitad de esta vuelta a la ciudad, donde se presentó por primera vez en el Movistar Arena. “Mis papás, mi familia y yo crecimos escuchando música de aquí. Desde Los Chalchaleros hasta Gardel, pasando por Soda Stereo. Les había hablado tanto de Buenos Aires a mi esposa y a mi hija Paloma (presentes entre la audiencia) que en esta oportunidad vinieron conmigo. Y eso me hace sentir más feliz todavía”.

Pero el devaneo no quedó en la mera elocuencia, sino que se materializó en varios pasajes del show. De hecho, al poco tiempo de haber arrancado, mechó la canción “Amores prohibidos” con una respetuosa versión de “Persiana americana”, himno del grupo que alguna vez lideró Gustavo Cerati. Más tarde, cruzó del escenario principal a un pequeño tablado erigido en la otra punta del campo, en medio del público y con su guitarra eléctrica a cuestas. Una vez que subió, apareció Luciano Pereira, el comensal más inesperado, con el que compartió el tema “Para tu amor” y una revisita a “Sólo le pido a Dios”, clásico de León Gieco. Tras el piropeo mutuo, el lujanense acompañó a su colega en su retorno al escenario principal, para luego despedirse de la muchedumbre.

Previo al cierre, y después de transitar un buen trozo de su éxito “La camisa negra”, el nativo de Medellín detuvo la canción para invitar a escena a “unos amigos” para hacer algo de cumbia. Entonces irrumpieron los integrantes de Un poco de ruido, streaming viral de la movida tropical local, con instrumentos en mano. Cuando Damo Martínez, el MC de la terna, lo tentó a salir del rock para probarse en la bailanta, Juanes le espetó: “Yo soy colombiano, mijo”. Lo que sirvió de puntapié para retomar el tema que detuvo unos minutos antes, aunque ahora en clave cumbiera, con Pinky SD, el acordeonista de la troupe, compartiendo protagonismo con el cantante, compositor y guitarrista. Si bien ese pasaje pareció medio accidentado, terminó por convertirse en uno de los mejores gestos de la velada.

La última vez que el artista se presentó en la capital argentina, aconteció hace dos años, en el Teatro Gran Rex, como parte del tour de su más reciente álbum de estudio, Vida cotidiana. A pesar de que en aquella ocasión también hubo guiños hacia la Argentina, el clímax se produjo cuando el paisa invocó a David Lebón para que pusiera su guitarra al servicio de su revisita a “El amor después del amor”, original de Fito Páez. No obstante, en este desembarco las canciones de ese repertorio brillaron por su ausencia. Esta vez el foco estuvo puesto en sus hits, uno detrás de otro sin parar. Y vaya que tiene una suculenta colección, lo que generó un ambiente festivo entre las siete mil personas que asistieron al predio de Villa Crespo (la segunda bandeja del Arena se mantuvo cerrada).

“Mala gente” inauguró las casi dos horas de show, seguida por el primer popurrí del set, el ya mentado cruce entre “Amores prohibidos” y “Persiana americana”. A continuación, hubo un mash up más: “Nada valgo sin tu amor” y “Besos en guerra”. El otrora integrante de Ekhymosis parecía que iba a bajar un cambio con “Volverte a ver”, pero en realidad estaba tomando impulso para enlazar “Lo que me gusta a mí”, “Fuego” y “Luna”. Para conectar los dos últimos temas, el músico rescató, a manera de puente, un pedazo de “La danza de Los Mirlos”, legendario himno de la cumbia amazónica (vertiente de la cumbia peruana). Y esto dejó en evidencia nuevamente la impronta interpretativa para con su instrumento, siempre próxima a la música negra. O más bien al cruce entre el funk y los ritmos africanos. Nota aquí.



0 comentarios: