El viaje. Un instante
de soltar un diluvio. Nubes grises.
Una pareja se abraza en los andenes.
Y este extraño deseo de los viajes
a ciudades borradas de los mapas.
Una estación nocturna y silenciosa.
Departamento con dama de misterios,
señora de los trenes y el olvido.
Raíles como plata y los pañuelos
de los viejos amantes que se fueron.
Imágenes que pasan y se borran.
El paisaje es un mar oscuro y frío.
El silbido del tren. Luces lejanas
de algún pueblo perdido en la distancia.
Algún libro de versos. El recuerdo.
El chirrido de hierros. Traqueteo
amable del vagón, como si fuera
la cuna de los brazos deseados.
La lluvia golpeando los cristales.
Las gotas como surcos deshaciéndose.
Hay una eternidad que nos envuelve.
Añoranza de amores imposibles.
El tren es un refugio piadoso
para el dolor de esta carne derrotada.
(Aunque nunca
hagamos este viaje que hoy te escribo).

0 comentarios:
Publicar un comentario