domingo, enero 14, 2024

Juan Gelman

 El poeta que indagó a fondo en el alma humana

El legado del ganador del Premio Cervantes despliega una riqueza lingüística de múltiples facetas y tradiciones: la mística, el sefaradí, el tango rioplatense, la tradición lírica de César Vallejo y los poetas provenzales.  Jorge Boccanera y Julián Axat reflexionan sobre su obra.

La lengua no alcanza a decir su trabajo. Hay palabras que esperan y nadie las toma, escribió el poeta que ante la zozobra de lo inasible intuía que el lenguaje necesitaba ser impulsado más allá de lo existente. A diez años de la muerte de Juan Gelman su poesía, de tonos, recursos y temas muy diversos, no tiene fecha de vencimiento. Juntar los “pedacitos” de su obra, desplegada en casi una treintena de poemarios y atravesada por la pérdida, la nostalgia, la melancolía, la incertidumbre del porvenir, la espera y las figuras de la utopía, puede alumbrar una praxis poética abierta a nuevas interpretaciones. “El poeta del dolor”, como lo definió Arturo Carrera, experimentó radicalmente con el cuerpo de la lengua castellana.

Pushkin y la vecinita de Juan

El primer argentino de una familia de judíos ucranianos --que nació en Buenos Aires el 3 de mayo de 1930 y murió en la ciudad de México, el 14 de enero de 2014-- afinó ese instrumento fundamental que es el oído gracias a Boris, su hermano mayor, que le recitaba versos de Pushkin en ruso. Poco importa que no entendía nada; a los siete años se rendía ante el ritmo y la musiquita de esos poemas incomprensibles. Los lectores del mundo le agradecen a la vecinita reticente, dos años mayor que el niño Juan, que entonces tenía nueve años. Para conquistarla le mandaba versos de Almafuerte como si fueran propios. La indiferencia de la niña lo obligó a dar un paso más y se animó a escribir un poema. Nunca tuvo respuesta. Ella siguió por su camino; él, que se quedó con la poesía hasta el final, ganó el Premio Cervantes en 2007. Nota aquí.



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