Muere Ornella Vanoni, mito melancólico e irónico de la canción de autor italiana
La cantante, una de las grandes estrellas musicales de los años sesenta y setenta, ha fallecido a los 91 años en su casa de Milán.
La cantante italiana Ornella Vanoni, una de las grandes damas de la canción italiana, de voz sensual y melancólica, ha fallecido este viernes en su casa de Milán a los 91 años por una repentina parada cardiaca. Italia se ha visto envuelta en el pesar y, una vez más, en una gran nostalgia de sus mejores años. Era una de las más grandes, junto con Mina, que ahora queda como una de las últimas supervivientes de una época de oro, junto a Adriano Celentano y pocos más, cuando la música italiana desbordaba sus fronteras y creaba sus propios mitos.
Ornella Vanoni, con un carácter y una vida libérrima, de locuras, amores y rupturas, fue uno de esos mitos. Creó algunas de las más bellas canciones italianas, de hondura poco común, obras maestras y adultas de la música de autor de los años setenta, como L’appuntamento (La cita, con ese ruego desgarrado pero solo susurrado, “Amor, llega pronto, no resisto. / Si tú no llegas no existo”) o Domani è un altro giorno. Canciones apasionadas, escépticas, filosóficas y llenas de amor por la vida, todo al mismo tiempo. Banda sonora de la vida de varias generaciones.
Vanoni se ha mantenido activa y dando guerra hasta el final, siempre con un punto hedonista y desenfadado. El año pasado dio un concierto en las Termas de Caracalla, en Roma, sacó un disco y aparecía casi todas las semanas en un popular programa de televisión, Che tempo che fa, donde tenía una sección fija en la que no había guion. Simplemente se sentaba y decía lo que le daba la gana, entre la lucidez, la ironía y el surrealismo. Era un gran personaje y pocas personas daban más juego en una entrevista en los últimos años que ella, que con su lengua afilada e irónica no tenía problemas en hablar de nada, de lo que pensaba de cualquier cosa y contar su vida.
La suya fue una vida muy pública, porque desde muy pronto, por su talento, su belleza y su facilidad para meterse en líos, estuvo en el centro de atención de la prensa. Desde sus inicios con 19 años en el teatro milanés con el célebre director teatral Giorgio Strehler, su primer gran amor. Como cantante destacó muy rápido, por una voz elegante y sinuosa, y por su presencia escénica, con una belleza sofisticada y de fuerte personalidad. Su pelo, una melena de leona, unos rizos expansivos, fue una de sus señas de identidad. Nota aquí.

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