Idas y venidas
Son notorios los vaivenes del Departamento de Estado ante la continuada protesta popular en Egipto: el viernes de la semana pasada, Hillary Clinton se enojó con Frank Wisner, su enviado especial a El Cairo, porque había alentado a Mubarak a seguir en el poder hasta las elecciones de septiembre. Dos días después, con más precisión técnica, declaró lo mismo que había propuesto Wisner, quien –entre paréntesis– funge como ejecutivo de una firma consultora de la que Mubarak es cliente. Tienen más importancia, sin embargo, los “vaivenes” del ejército egipcio: de defender a los manifestantes de los ataques de policías de civil y otros elementos mubarakistas, el domingo se dedicó a detener sin cargos a algunos periodistas y activistas de los derechos humanos. Crónica completa aquí.
Son notorios los vaivenes del Departamento de Estado ante la continuada protesta popular en Egipto: el viernes de la semana pasada, Hillary Clinton se enojó con Frank Wisner, su enviado especial a El Cairo, porque había alentado a Mubarak a seguir en el poder hasta las elecciones de septiembre. Dos días después, con más precisión técnica, declaró lo mismo que había propuesto Wisner, quien –entre paréntesis– funge como ejecutivo de una firma consultora de la que Mubarak es cliente. Tienen más importancia, sin embargo, los “vaivenes” del ejército egipcio: de defender a los manifestantes de los ataques de policías de civil y otros elementos mubarakistas, el domingo se dedicó a detener sin cargos a algunos periodistas y activistas de los derechos humanos. Crónica completa aquí.
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