Vivirán peor.
La desconfianza marca el ánimo de la vida española. No es sólo un sentimiento de gravedad individual. Hay una clara dimensión social de la desconfianza. Es esta dimensión la que desemboca en el descrédito de la política.
¿Es que podemos hablar de confianza en años anteriores? ¿Hubo confianza en los años sesenta o noventa? Como telón de fondo, creo que sí. Por muy difíciles que fuesen las situaciones en la dictadura, por muchos errores que se cometieran en la Transición, había confianza en algo decisivo cuando se habla de estados de ánimo y de comunidad: los hijos iban a vivir mejor que los padres. Los sacrificios y la valentía, la lealtad y el esfuerzo estaban justificados por una recompensa posterior. Nota aquí.
viernes, febrero 15, 2013
Luis García Montero
Publicadas por Romano a la/s 6:39 a.m.
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