Ovación sin fin para Paco de Lucía
Centenares de personas, entre familiares, amigos, admiradores y compañeros de profesión flamenca despiden al músico en el Auditorio Nacional de Madrid
Nadie quería dejar de aplaudir “al más grande”. Después de una capilla ardiente contenida y solemne, que se mantuvo ordenada y en silencio en el Auditorio Nacional de Madrid durante más de cinco horas, estalló la pena, la admiración y la rabia por la muerte de un infarto a los 66 años, de Paco de Lucía. La gente, que había hecho colas de hasta hora y media, empezó a agolparse en el patio de butacas de la sala sinfónica. Apenas unos minutos de música, el concierto de Aranjuez, para cerrar el acto, los molestos bedeles desalojando sin demasiado tacto, y un público que se cansó de tanto recato. En pie, empezaron a gritar “¡Paco! ¡Paco!”. Así arrancó una ovación larga, cerrada, con la familia del músico aguantando la emoción frente a decenas de caras anónimas. Nota aquí.
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