Joaquín Sabina cerró en Quito su gira por Latinoamérica
Ahogados por la crisis europea, Joaquín Sabina y su equipo —dijo él— buscaban un pretexto para escaparse y encontraron en 19 días y 500 noches, el álbum que el artista grabó en 1999, una buena excusa.
El andaluz, de 66 años, llevaba cinco años sin hacer una gira en solitario y decidió romper esa racha con 500 noches para una crisis.
Así es como desde agosto ha paseado por ocho países de América Latina y por España. El viernes pasado añadió a la lista de sus actuaciones una en Quito, en el coliseo General Rumiñahui, y con eso se despidió de este continente. El cierre de la gira será la próxima semana en España.
Sabina, el de pinta de bohemio y conquistador, con bombín y bastón, hizo gala de su ingenio adulador sobre el escenario. Contó que había jurado a su novia “en memoria de Alfaro”, el general de Montecristi, que dejaría a la Magdalena, el personaje de su afamada canción que representa a una bondadosa prostituta. Nota aquí.
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