martes, diciembre 15, 2015

Luis García Montero

Palestina

Antes de retirarse del Báltico, los soldados de Hitler programaron el asesinato de más de dos mil prisioneros. Se trataba de asesinar y de hacer desaparecer los cadáveres en muy poco tiempo. Para lograrlo, levantaron con disciplina geométrica enormes piras de leñas y muertos. Un cadáver, un tronco, otro cadáver, otro tronco. Al avanzar más deprisa de lo esperado, los soldados rusos pudieron fotografiar algunas piras que no habían llegado a arder. Es la arquitectura del horror. Nota aquí.

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