miércoles, febrero 22, 2017

Joana Gieco

“Me identifico con el rock, pero no me cierro a una sola cosa”

“Los músicos de rock van a ser los herederos de este canto ancestral y delirante”. La frase de Leda Valladares, visceral, al corazón, ubica en eje casi todo lo que es Joana Gieco. Y lo que, por extensión lógica, le pone un marco preciso a su primer disco: Vidala del monte. “Leda decía que la música despojada y desprolija del rock y la baguala tenían algo en común. De hecho, eso fue lo que ocurrió cuando se reunieron ella, mi viejo y (Gustavo) Santaolalla para hacer De Ushuaia a La Quiaca”, es lo primero que esboza la segunda hija de León. Lo segundo es que a ella le llegó lo hecho por tal tríada porque hablaban un mismo lenguaje. “Primero, porque lo viví de lleno con mi viejo, cuando me llevaron a ese viaje de 1982, en un moisés. Y, quiérase o no, la sangre habla, porque yo no busqué hacer esto. No lo busqué”, repite la Gieco chica, pianista, cantora y tecladista de absoluto perfil bajo, que acaba de publicar, sin demasiado aspaviento, eso que ella llama “esto”: su disco debut con la agrupación Chulpa, grabado en parte en el estudio Las Pirka, de La Quiaca, donde uno de los motores principales del trabajo –el guitarrista quiaqueño Gabo Alcoba– llegó a acustizar la sala con cartones que juntó en la calle. “La mamá le decía ‘te volviste loco’”, se ríe Joana, que está terminando la licenciatura de artes musicales en la Universidad Nacional de las Artes (UNA), además de haberse formado en piano con Marcela Fiorillo y Marcelo Katz, entre otros docentes. Nota aquí.


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