Cuando John Lennon se creyó Robin Hood
Un nuevo documental pone luz sobre los 18 meses que el ‘beatle’ y Yoko Ono pasaron en un pequeño apartamento de Nueva York para convertirse en abanderados de los movimientos de izquierda.
El músico neoyorquino David Peel llama por teléfono al apartamento de John Lennon y Yoko Ono en Greenwich Village. Lo coge ella. Después de unos saludos rutinarios, Ono se derrumba:
Yoko Ono: La gente va diciendo que soy la persona que rompió los Beatles, ¿sabes? Cuando estaba embarazada recibía cartas donde ponía: “Ojalá tu bebé muera”. Y me enviaron una muñeca de trapo con un montón de agujas clavadas: en los ojos, en la boca, en la nariz. Cuando caminaba por la calle con John, se me acercaban y me decían: “Eres fea”. Me tiraban del pelo y me golpeaban la cabeza.
David Peel: ¿Eso pasó en Inglaterra?
Yoko Ono: Sí, sí, en Inglaterra. Tuve tres abortos espontáneos durante ese tiempo.
David Peel: Oh, dios mío, Yoko, no lo puedo creer.
Esta conversación de 1971 permanecía inédita hasta ahora, que se incluye en el documental One to One: John & Yoko, estrenado hace 20 días en el festival de Venecia, que se exhibe en el festival de Cine de Londres a mediados de octubre y espera fecha para el estreno comercial en salas y plataformas. Lo que llama la atención, más allá de un contenido que más o menos ya se conocía (al linchamiento de Ono se sumó entusiasmada mucha prensa inglesa de la época: ahí está la hemeroteca), es el tono de las voces, la indignación, la angustia y la información que aporta de una época inflamada en lo social y político y excitante en lo musical.
En 1971, con los Beatles disueltos un año antes, John Lennon y Yoko Ono (casados en 1969) alquilaron un pequeño apartamento en Bank Street, en el bohemio Greenwich Village neoyorquino. Huían de la atmósfera tóxica que vivían en Inglaterra. Ella era la diana preferida de los seguidores del cuarteto de Liverpool, con una facción virulenta que responsabilizaba a la artista japonesa del final del grupo. John y Yoko anhelaban vivir tranquilos, pasar desapercibidos, no recibir amenazas y agresiones. Paradójicamente, en Nueva York pasaron por episodios incluso más controvertidos que en Londres. Así lo describe el escritor inglés Philip Norman, uno de los que mejor conocen el universo beatle, en el voluminoso Paul McCartney. La biografía: “John y Yoko se habían mudado a Nueva York en apariencia en busca de un refugio contra los incesantes malos tratos y burlas que padecían en Gran Bretaña. En cambio, se habían convertido en figuras decorativas de la política de extrema izquierda que en ese momento permeaba la cultura rock en Estados Unidos y, por lo tanto, se habían vuelto, como mínimo, más conspicuos y polémicos que antes”.
La razón para elegir un sencillo apartamento cuando la cuenta del exbeatle rebosaba dinero lo justifica Lennon en una entrevista que ofrece a una cadena estadounidense días después de su llegada a Manhattan: “Siempre me he sentido identificado con la clase trabajadora [aunque fue criado en el conservador y burgués hogar de su tía Mimi]. Pero me compré una gran casa a las afueras de Londres, con un inmenso terreno. Tenía de todo. Yoko me hablaba de ignorar mis posesiones y de liberar mi mente. Me decía: ‘Mírate, eres rico y no sabes lo que es la vida’. Y me convenció. Lo cambiamos todo por dos pequeñas habitaciones en el Village. Y soy feliz. Me siento otra vez como un estudiante. Somos como una pareja de recién casados”.
Los primeros años setenta no podían ser más revueltos y emocionantes en Estados Unidos: la calle ardía con protestas contra la guerra de Vietnam, proliferaban las manifestaciones en pro de los derechos humanos, los movimientos de liberación sexual salían a la calle, el feminismo quería derrotar al patriarcado, se vivía el miedo a una guerra nuclear entre la URSS y EE UU… Todo condimentado con LSD y marihuana. Por el pequeño apartamento de John y Yoko pasaban poetas, agitadores políticos, músicos, camellos, buscavidas o líderes de izquierda. Tipos como Allen Ginsberg, Jerry Rubin, John Sinclair, A. J. Weberman…Nota aquí.
0 comentarios:
Publicar un comentario