“Después de que uno lee a Cortázar, el mundo cambia”
Roger Grenier, Noé Jitrik, Mario Goloboff, Rosalba Campra y Julia Saltzmann participaron de una mesa en la que se repasó la obra del escritor argentino desde distintas perspectivas. En el stand nacional la presencia cortazariana es permanente.
La idolatría alienta las sospechas. Aunque el “sospechoso” sea involuntariamente el protagonista, no es responsable de lo que ocurre cuando su imagen iconográfica y su figura pública post mortem se desparrama a lo ancho y largo del planeta como estampitas. Pero la obra, como corresponde, es otro cantar. El asunto del canto se complica cuando se multiplican los homenajes. Aunque la heterodoxia no suele abundar en este tipo de celebraciones, a veces hay excepciones. Nota aquí.
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