Borges se copia
Primero me pareció de no creer, casi imposible sólo atreverme a imaginarlo, y cerré y guardé el libro de inmediato, avergonzado de mí mismo. Pero fui y busqué el otro. Lo abrí. Era evidente. No podía creerlo.
Después, tan intrigado como para volver a cerciorarme, los fui a buscar de nuevo, juntos. Los hojeé. Y allí estaba, imposible negarlo. La frase, las palabras y los signos exactos que componían esa frase están allí, prácticamente idénticos. En ambos libros. Nota aquí.
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