Olga nos cuenta por Fascebook.
El sábado estuve en el concierto de Sabina en Madrid. Salió pletórico al escenario y nos hizo berrear a todos de entusiasmo nada más verlo aparecer. Hizo un concierto precioso. En algún momento me pareció ver (gracias a las pantallas gigantes, miope de mi) que Joaquín estaba más emocionado de lo habitual y que alguna lágrima aparecía inesperadamente, pero pensé que no iría a más.
Si no hubiera dicho nada, creo que no nos habríamos dado cuenta ninguno de los que estábamos en el público, de que no se encontraba bien, de que no podía seguir. Pero él abrio la boca, como siempre ha hecho.
Yo creo que le pudieron las emociones, ver ese inmenso Pabellón petado, el miedo escénico del que él habló... Madrid siempre le ha impuesto MUCHO.... ¡parece mentira, verdad! Pero así es.
Hoy tengo la sensación de que están haciendo muchísimo ruido de algo que ha sido mucho más pequeño, que nos sorprendió a los que estábamos allí, pero que la mayoría entendimos. ¿Podría haber sido más largo el concierto? Sí, 10-15 minutos más tal vez. ¿Nos quedamos con ganas de más? Sí, un poquito más, pero hizo un concierto de hora y media o algo más, lo que pasa es que Sabina siempre ha hecho conciertos muy largos.
martes, diciembre 16, 2014
Olga Román
Publicadas por Romano a la/s 11:00 a.m.
Etiquetas: Olga Román, Sabina
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