sábado, diciembre 20, 2014

Luis García Montero

En Cuba y en Palestina

La historia contemporánea es una sucesiva demostración de la poca utilidad que tiene el realismo de los pragmáticos. Las voces de lo útil (lo eficaz, lo prudente) se inclinan a gobernar con medidas autoritarias, aprobar leyes represivas y declarar guerras como remedio de todos los males. Tienen el dedo rápido para castigar y la lengua suelta para acusar de idealismo (ingenuidad, debilidad utópica) a los partidarios de otras soluciones menos agresivas.
Luego pasan los días y los acontecimientos demuestran que los acusados de idealismo tenían sus razones prudentes, eficaces, útiles, y que los pragmáticos vivían equivocados o estaban más interesado en provocar un conflicto que en buscar una solución. El delirio de los pragmáticos es mucho más peligroso que la imaginación de los idealistas. Nota aquí.

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