Forma parte de mí
No recuerdo el momento exacto en que supe de la existencia de Eduardo Galeano; el primer libro que leí, sí: Las venas abiertas de América Latina.Debió ser, más o menos, en la segunda mitad de los ochenta. Ya por entonces, escribía canciones y formaba parte del Taller Canario. Ya por entonces, concebía mi trabajo como algo inseparable de la realidad, del compromiso, de la identidad...
A los veinte años, uno busca luces, guías, raíles por lo que poner a andar su tren. Y eso fue Galeano: un faro para todos los mares de todos los mapas. Un ejemplo de dignidad, coherencia y amor profundo por el ser humano. Además, una puerta que conducía al conocimiento de la América más combativa y sensata. Atravesé esa puerta y supe de Juan Gelman, porque Galeano lo citaba: Estás en mí como la madera está en el palito. Crónica aquí.
A los veinte años, uno busca luces, guías, raíles por lo que poner a andar su tren. Y eso fue Galeano: un faro para todos los mares de todos los mapas. Un ejemplo de dignidad, coherencia y amor profundo por el ser humano. Además, una puerta que conducía al conocimiento de la América más combativa y sensata. Atravesé esa puerta y supe de Juan Gelman, porque Galeano lo citaba: Estás en mí como la madera está en el palito. Crónica aquí.
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