"El tango es nuestra devolución para el mundo"
Llegó hasta la Constantinopla del 1500 en busca de su ADN musical. Allí encontró que la música de esa zona, la rebética, se conecta con nuestro 2x4 en las situaciones de bajo fondo.
"En el barrio me decían ‘Turco’”, recuerda Daniel Melingo, que en su aventura artística viajó en tiempo y espacio hasta la Constantinopla del 1500 en busca de las señales de su ADN musical que su ojos no pueden esconder. “De Constantinopla -hoy, Estambul- se trata esta historia, porque el Asia Menor siempre fue el límite entre Occidente y Oriente. Ahí giraron milenariamente un montón de culturas y yo me sitúo en esas fronteras. Como pasó acá entre la ciudad y el campo, fue el arrabal de la historia. Ahí nace la música rebética, que habla de fumadores de hachís, jugadores de dados marcados y situaciones de bajo fondo. Se la compara con el tango porque es un grito de dolor de la gente más desprovista”, explica construyendo un puente imaginario. Nota aquí.
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