Te nombro.
Y de tu nombre nacen mirlos que se posan, indecisos, en el borde de mi boca.
Y es la luz de tu nombre la que inunda cada estancia de esta casa cansada.
Te nombro.
Y de tu nombre brotan alvéolos en mi carne.
Y respiro el oxígeno de tu vida apacible.
Y te nombro,
para que de tu nombre mane esta paz que no descansa y
detones, al fin, las trincheras de la melancolía.
Te nombro.
Y de tu nombre escapan los pronombres que te invocan en esta noche fría.
Y mi casa se torna agua,
y eclosiona la memoria en azules mariposas.
Y te nombro,
para que tu nombre,
cicatrice el dolor que habita entre estas cuatro paredes blancas.
sábado, agosto 05, 2017
Rafa Mora
Publicadas por Romano a la/s 10:24 p.m.
Etiquetas: Rafa Mora
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