Sobre la vida y las tumbas
Hay un poema de Ángel González, titulado "Camposanto en Colliure", en el que se cuenta una visita a la tumba de Antonio Machado. Era plena posguerra, pero ya había síntomas del desarrollismo desequilibrado de los años sesenta. El turismo, las primeras industrias fijadas en el norte y los inmigrantes que salían a Europa desde las zonas más pobres de España empezaban a mover dinero y a rescatar a la nación de la extrema pobreza. "Pasan trenes, nocturnos, subrepticios, / rebosante de humana mercancía", escribió Ángel.
A nosotros no nos resultará difícil comparar la humana mercancía de los emigrantes españoles de los años 60 con algunas declaraciones políticas que acaban de identificar los barcos repletos de personas como cargamentos de carne humana. Pero a Ángel González aquel movimiento de fronteras le recordaba entonces el final de la guerra: una multitudinaria emigración política que salía de su país para evitar la muerte. Ante la tumba de Machado, escribió: "Se paga con la muerte / o con la vida, / pero se paga siempre una derrota". Nota aquí.
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