jueves, febrero 21, 2019

María Guivernau

AMOR SALVAJE
Tengo un amor salvaje, feroz,
encerrado en una jaula
en lo más recóndito de las entrañas.
A veces le escucho gritar y agitarse,
acelerándome el pulso,
removiéndome hasta hacer explotar
mis ojos en lágrimas.
Me acaricia a través de los barrotes,
despertándome el deseo
haciéndome romper
el silencio a gemidos.
Pide entre susurros
que lo libere un instante
pero sé que provocará un incendio,
que me arrasará, hambriento,
que morderá mi carne
disfrazado de ternura
para desaparecer luego.
Me niego. Ruega.
Le ignoro. Araña.
Bailo para adormecerle.
Se calma.
Tengo un amor salvaje, feroz,
escondido,
que cena todas las noches
mariposas en mi estómago.



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