Días de frío
Días de frío. Cercanos. Y el recuerdo
de tibieza en los dedos.
El calor de otro tiempo, yo tenía
mi sol, mi luz y mi refugio. Ahora siento
en estos días en que el frío
me llega hasta los huesos,
la soledad de todas las nostalgias,
añoranza de una piel y de unos labios.
de tibieza en los dedos.
El calor de otro tiempo, yo tenía
mi sol, mi luz y mi refugio. Ahora siento
en estos días en que el frío
me llega hasta los huesos,
la soledad de todas las nostalgias,
añoranza de una piel y de unos labios.
El tiempo, el tiempo que se clava
en mi cuerpo y que deshace
la pasión y el deseo
y solo deja
esa tristeza oscura de lo que ya no somos.
Ese dolor de ahora,
el plomo de esta carne.
en mi cuerpo y que deshace
la pasión y el deseo
y solo deja
esa tristeza oscura de lo que ya no somos.
Ese dolor de ahora,
el plomo de esta carne.
No estás. Por mucho que queramos
revivir nuevas horas, ese calor de un cuerpo,
el beso en el semáforo,
las manos enlazadas en lo oscuro.
Nada vale
si jamás volverán las golondrinas,
y el corazón -tu corazón y el mío-
no es capaz de latir al ritmo de otro.
revivir nuevas horas, ese calor de un cuerpo,
el beso en el semáforo,
las manos enlazadas en lo oscuro.
Nada vale
si jamás volverán las golondrinas,
y el corazón -tu corazón y el mío-
no es capaz de latir al ritmo de otro.
En esta hora, ahora, solo siento
el frío de estos días
que me mata, que hace de mis años
ese suave dolor de lo imposible, de lo que nunca
podrá ser.
el frío de estos días
que me mata, que hace de mis años
ese suave dolor de lo imposible, de lo que nunca
podrá ser.
Mas dejemos que la vida nos arrope,
que siempre haya una noche deslumbrante
en la que un simple beso apresurado
nos convierta en los dioses más hermosos,
los que nunca temieron al invierno.
que siempre haya una noche deslumbrante
en la que un simple beso apresurado
nos convierta en los dioses más hermosos,
los que nunca temieron al invierno.
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