viernes, octubre 22, 2021

Rodolfo Serrano

 Una tarde

Una mujer en un bar a media tarde.
Madrid es un desastre de calores.
Contra el asfalto, el sol. El aire abrasa.
(Bebe Manuel Machado manzanilla,
en la barra vacía y silenciosa).
Una mujer. Y el tiempo que transcurre
lento, pausado, espeso.
Suena lejana y grave una campana
en la plaza sin árboles ni gente.
La mujer sigue ahí, difusa sombra
de fuego y calma. El camarero
mira la calle absorto mientras fuma,
a escondidas, todo el aburrimiento
de estas horas de luz esplendorosa.
Se respira un olor a gasolina,
a cigarrillos negros y ese suave
aroma de colonia y brillantina
que viene de otros años, cuando padre
se afeitaba en la mañana del domingo.
Hay un destello antiguo, primitivo,
Un animal deseo de la carne
que se extiende fugaz por las callejas.
La tarde rompe el cielo muy despacio.
Arañan los vencejos los tejados
y un hombre pasa, grave, frente al muro,
en busca de la noche ya cercana.
(Después, luego ya de madrugada,
vuelve a casa,
se sirve alguna copa,
lee un poema.
Y hace una llamada
de teléfono que nadie le contesta).
Foto de Raul Cancio.



0 comentarios: