MANOS
Nunca tendrá un lugar mi nombre en el Parnaso
ni estudiarán mis versos los niños en los libros,
no pasaré a la historia de la literatura,
nadie recordará cuando me vaya
mi vicio solitario de hacer versos.
Tampoco lo pretendo ni me importa,
escribir es tan solo un desahogo
de mis tristezas y mis soledades.
Mas si en algún poema alguien se encuentra
ya será suficiente
porque ambos estaremos menos solos.
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