C. Tangana impresiona en el Sant Jordi con un deslumbrante espectáculo
El artista madrileño triunfa en Barcelona con su soberbia apuesta latina
Traje años 50, solapas anchas, cruzado. Foulard. Gafas de sol. Collar de cuentas, anillo de mafioso que quiere brillar y camiseta imperio. Sí, como un amo, como el puto amo que diría Guardiola. C Tangana confirmando este sábado por la noche en un Sant Jordi lleno lo que mostró con su disco y los clips que lo acompañaron: El madrileño es una obra que piensa en el mercado internacional, que nace del orgullo de reconocer como propia la música que se creía desdeñada por pertenecer a los abuelos y que fundamenta en la colaboración con otros artistas una ampliación del margen de juego que borra sus límites.
Todo esto puesto en escena de una manera formidable, convirtiendo el escenario en un Tropicana –parte delantera- y en una bodeguilla flamenca con gran mesa para juerga –parte posterior- Un espectáculo soberbio y familiar que obedece a la concreción de un criterio, de un concepto, de una idea que habla de los horizontes que la música latina está ampliando en todo el mundo.
El escenario lleno de músicos. Pareció que alguien se había inspirado en el “que no falte de ná”, idea socorrida cuando lo único que hay es dinero. Pero no, no sobró de ná porque todo tuvo un sentido. Sección de metal con tuba tipo suosafón que acompañó a Tangana en la punta del provocador (lengua de escenario que entra en platea) a las primeras de cambio; cuerda, coros, percusiones, banda convencional y una ristra de invitados que no fueron tratados como apariciones puntuales a las que abrazar, sino como partícipes, a menudo sin presentación, caso de Rita Payés, que formaban parte de la juerga. Entre ellos, y con papel destacado, El Niño de Elche apuntalando el quejío que nacía del mismo tiesto que los boleros, bachatas, rumbas, música cofrade, son o bossa que sonaron a lo largo de una noche para mayor gloria de la música latina. Nota aquí.
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