Juan Diego, hijo de la resistencia
El actor Juan Diego Botto recuerda a su compañero de rodajes y 'líos', fallecido a los 79 años
Sentados en la minúscula habitación en la que esperábamos entre toma y toma durante el rodaje de Vete de mí, escuché cómo Juan Diego hablaba por teléfono con un productor que le debía dinero. Al colgar me contó que no perdonaba que un productor no le pagara, que no soportaba que alguien a quien le sobraba el dinero le dejara a deber. “Luego igual lo regalo. Igual cojo el dinero y se lo doy a un amigo. El dinero no me interesa, pero no puedo con la estafa y con el abuso de poder”.
Y eso habla de Juan Diego y de su forma de entender la vida. Siempre intentó que nadie de los de abajo fuera pisoteado por nadie de los de arriba. Quizá por eso supo entender tan bien y puso tanto mimo en la creación de uno de sus personajes más célebres, el Señorito de Los Santos Inocentes: un tipo que representaba a esa casta —que aún perdura hasta nuestros días— que cree que el Estado es suyo. Esa gente que entiende que el país es de su propiedad por derecho, que los demás estamos de prestado y deberíamos dar las gracias porque, al fin y al cabo, existimos para ser mandados. Su inquebrantable compromiso es para mí, aún hoy, un espejo en el que mirarme, un lugar al que llegar. Nota aquí.
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