En Tu Abril
(dedicado a Óscar Joel, mi padre)
Las olas de tu recuerdo balancean las ramas de los árboles,
Y mientras el Sol destiñe los años con esmero,
Mañana, probablemente, llueva de nuevo en las ganas,
Y otros hombres secuestrarán los relojes que fueron nuestros.
Sabemos que no podemos pagar el rescate,
Porque nuestro corazón está hecho de huesos.
Nada nos pertenece,
La vida es el hálito de la memoria de un pez espada,
Un testigo inerte en una carrera de relevos,
Un rey negro en jaque y sin dama.
Aún así, me enseñaste el cantar de las gestas perdidas,
El tango, el fado,
La cicuta de los desamores
Y el calor de la caricia amiga.
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