Sólo Eso.
Agarrémonos al cuello de la noche,
Que nos arrastre su galope azabache
Hasta los confines de un presente contagiado de estrellas.
Que eche el ancla en el mar de tus ojos,
Y que las olas sean nuestro sudor después del acto.
El silencioso tacto de tu piel será la alfombra de Aladino,
Y mi beso un Martini seco y agitado.
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