Así es "Canciones del sur", el disco de Miguel Cantilo, Kubero Díaz y Mono Izarrualde
El núcleo de estos temas, que fueron grabados en dos conciertos en 2003, fue en un trío surgido en Ibiza donde Miguel Abuelo estaba en lugar del flautista.
Un poco de historia del rock argentino... Existió un lapso entre el desbande de La Cofradía de la Flor Solar y el nacimiento de Punch que se llamó La Cofradía de la Nada, y que apenas se conoce por dos sencillos motivos: no grabó nada -precisamente- y el territorio de acción fue Ibiza, lejos de aquí, y más en esos tiempos. Un poco por ambas cosas, entonces, y otro poco por un año tan hostil para el género como 1975, esa cofradía alternativa quedó allí, refugiada en el cofre del tiempo. Algo similar le pasó a un trío satélite de ella que armaron un anterior cófrade -Juan Fernando “Kubero” Díaz-; un posterior Punch -Miguel Cantilo- y quien aportó eso de la nada a la Cofradía: Miguel Abuelo.
“Estábamos un día en casa cuando de repente se apareció Abuelo y empezamos a tocar en una línea acústica que me encantó”, evoca Díaz, cincuenta años después, pero con la memoria intacta. “Yo estaba en una onda brasileña, con muchos amigos brasileños con los que hacíamos música y surgían ritmos muy copados. Miguel se volvió loco y así empezamos a juntarnos con el otro Miguel (Cantilo) que también andaba por ahí”. Poco se sabe, y está Kubero para desasnar, que La Cofradía de la Nada tocó incluso en el primer festival de rock de las Islas Baleares, en la Plaza de Toros de Ibiza, y en Formentera, donde el trío llegó a compartir escenario con Van Der Graaf Generator. “Van del Graaf nos partió la cabeza, ese violín eléctrico con pedalera de Hammill, uf...”, evoca Díaz, que también extrae de su prodigiosa memoria el origen contemporáneo de temas que serían parte del primer disco de la segunda formación de Los Abuelos de la Nada –“En la cama o en el suelo”, por caso-, y de otros compuestos por su dupla con Cantilo. Nota aquí.
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